Indignación mundial por espionaje con ‘Pegasus’
Medios, gobiernos, la Unión Europea y organizaciones defensoras de derechos humanos expresaron su indignación este lunes por el espionaje mundial a activistas, periodistas y políticos a través del programa informático Pegasus de la empresa israelí NSO Group.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, reclamó una mejor «reglamentación» de las tecnologías de vigilancia, como el programa informático Pegasus utilizado para espiar periodistas, activistas y opositores.
Las revelaciones aparecidas en la prensa sobre el uso de este software, desarrollado por la empresa israelí NSO Group, «confirman la necesidad urgente de reglamentar mejor la venta, la transferencia y el uso» de estas tecnologías de vigilancia, dijo en un comunicado.
Instalado en un teléfono móvil, este programa permite recuperar los mensajes de texto, fotografías, contactos e incluso escuchar las conversaciones de su propietario.
Esta investigación periodística, publicada el domingo por 17 medios internacionales, refuerza las sospechas sobre esta empresa israelí y se basa en una lista obtenida por el colectivo de periodistas France Forbidden Stories («historias prohibidas») y la ONG Amnistía Internacional.
En ella aparecen 50 mil números de teléfono seleccionados por clientes de NSO desde 2016 para un posible espionaje.
La lista incluye los números de 180 periodistas, 600 políticos, 85 militantes defensores de los derechos humanos o 65 empresarios, según la investigación realizada por el diario francés Le Monde, el británico The Guardian, el estadounidense The Washington Post y los medios mexicanos Proceso y Aristegui Noticias, entre otros.
Estos medios localizaron buena parte de los números espiados en Marruecos, Arabia Saudita o México.
«No hablamos solo de algunos Estados delincuentes, sino del uso masivo de un programa de espionaje por al menos veinte países», explicó este lunes la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, en declaraciones a la BBC.
«Se trata de un ataque mayor contra el periodismo crítico», aseguró.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que este escándalo «tiene que comprobarse, pero si ese fuera el caso, es completamente inaceptable».
«La libertad de prensa es uno de los valores fundamentales de la Unión Europea», añadió Von der Leyen sobre un escándalo que afecta presuntamente a países comunitarios, como Hungría.
Gabriel Attal, portavoz del gobierno francés, también denunció que «se trata de unos hechos muy chocantes y que, si se comprueba que son ciertos, resultan extremamente graves».